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Hiperlaxitud en niños
La hiperlaxitud en niños es una condición bastante común y se caracteriza por una mayor flexibilidad en las articulaciones. Aunque algunos padres pueden considerar esta habilidad como una ventaja, la hiperlaxitud infantil puede traer consigo ciertos problemas, como inestabilidad articular y dolores musculares. En este artículo, exploraremos qué es la hiperlaxitud, cómo identificarla en los niños y qué ejercicios o terapias son útiles para mejorar la estabilidad y prevenir lesiones.
¿Qué es y cómo abordarla?
¿Qué es la hiperlaxitud?
La hiperlaxitud es una condición que ocurre cuando los tejidos conectivos de las articulaciones, como los ligamentos y los tendones, son más flexibles de lo normal. Esto permite que las articulaciones se muevan más allá del rango normal de movimiento, lo que puede parecer una ventaja en actividades físicas, pero que también aumenta el riesgo de sufrir esguinces, luxaciones o problemas posturales.
Cómo identificar la hiperlaxitud en los niños
Es común que los niños presenten cierta flexibilidad, pero cuando esta es excesiva y se acompaña de dolor o molestias, es posible que estemos ante un caso de hiperlaxitud. Algunas señales incluyen:
- Articulaciones que se doblan fácilmente más allá de lo que es considerado normal.
- Dificultades para mantener posturas durante mucho tiempo.
- Quejas frecuentes de dolores articulares o musculares después de realizar actividades físicas.
Un pediatra o fisioterapeuta puede realizar pruebas específicas para diagnosticar la hiperlaxitud y descartar otras condiciones asociadas.
Consecuencias de la hiperlaxitud no tratada
Si no se trata de manera adecuada, la hiperlaxitud infantil puede generar problemas a largo plazo, como:
- Inestabilidad articular: La mayor movilidad en las articulaciones puede llevar a luxaciones o esguinces frecuentes.
- Dolor crónico: Debido al esfuerzo extra que los músculos y ligamentos deben hacer para mantener las articulaciones en su lugar, algunos niños experimentan dolor crónico.
- Problemas posturales: La hiperlaxitud puede afectar la postura del niño, lo que a su vez puede impactar en el desarrollo de la columna y otras estructuras óseas.
Cómo abordar la hiperlaxitud en niños
La clave para tratar la hiperlaxitud en niños es fortalecer los músculos que rodean las articulaciones y mejorar la coordinación. Aquí algunos enfoques recomendados:
- Ejercicios de fortalecimiento: Los ejercicios enfocados en fortalecer los músculos estabilizadores de las articulaciones, como el glúteo medio, cuádriceps y la musculatura central, son fundamentales. Los ejercicios como sentadillas, estocadas y planchas ayudan a ganar estabilidad.
- Ejercicios de propiocepción: La propiocepción es la capacidad de nuestro cuerpo de detectar la posición de las articulaciones. Actividades como caminar sobre superficies inestables o usar pelotas de equilibrio pueden mejorar la propiocepción y ayudar a los niños a controlar mejor sus movimientos.
- Terapia física: Un fisioterapeuta especializado puede diseñar un plan de ejercicios y actividades que fortalezcan las áreas débiles y mejoren el control postural del niño.
El papel de los padres
Es fundamental que los padres supervisen el progreso del niño en casa, fomentando la práctica regular de ejercicios recomendados por los especialistas. Además, es importante asegurarse de que el niño no participe en actividades físicas que exijan demasiado de sus articulaciones, como ciertos deportes de alto impacto, sin la preparación adecuada.